03 de septiembre del 2018
Los meses de verano son especialmente atractivos para estar en la calle y realizar actividades al aire libre y por consiguiente aumenta la exposición solar que supone un auténtico castigo para la piel, ya que a causa de esto pueden aparecer manchas, deshidratación o pérdida de luminosidad.
Toca cargar las pilas para retomar las buenas costumbres: trabajo, dieta, ejercicio… y también el cuidado de nuestra piel y nuestro cabello. Por eso queremos compartir algunos consejos para cuidaros en esta época y poder lucir una piel tan radiante como al principio del verano, manteniendo incluso ese bronceado que tanto nos gusta y de forma totalmente natural.
El sol, el salitre, el sudor y seguro que un poco de dejadez han dejado marca en nuestra piel, que en esta época se encuentra más seca y deshidratada. El primer paso para recuperarla es realizar alguna exfoliación suave, que eliminará las células muertas y favorecerá la rehidratación. El segundo es la posterior hidratación. Escoge una hidratante intensiva o incluso mejor, algún aceite seco como el de almendras, manteca de karité o aceite de aguacate. No olvides además beber mucha agua y realizar una dieta rica en frutas y verduras frescas. Si además no has sido del todo cuidadoso y has sufrido alguna quemadura solar, deberás prestar especial atención al cuidado de la piel y seguir aplicando tu tratamiento after-sun durante unas semanas, hidratando en profundidad y evitando otras agresiones externas.
La cara y el escote son las zonas más expuestas al sol de todo el cuerpo y por eso en verano su piel se castiga el doble. Sé constante en la vuelta a tu rutina diaria limpiando bien e hidratando y complementa con alguna exfoliación y un aceite no comedogénico por las noches. Eliminarás asperezas, impurezas y tu rostro lucirá mucho más firme y uniforme.
A estas alturas nuestro pelo también ha sufrido las mismas consecuencias que el resto del cuerpo y se encuentra reseco, áspero y castigado por el sol, el cloro y el salitre. Aprovecha para cambiar de look y da un buen corte a las puntas abiertas. Además puedes prepararte alguna mascarilla intensiva a base de aceite de coco, de argán o de aguacate y recuerda aplicar un sérum o aceite después de cada lavado. Volverá a ganar su brillo natural.
Las sandalias demasiado planas en verano, los tacones, el caminar descalzo sobre las rocas de la playa… todo esto seguro que ha creado alguna dureza en tus pies. En esta época nunca está de más prestar atención a esas zonas y emplear piedra pómez un par de veces por semana, además de hidratar en profundidad con una hidratante intensiva o una manteca. Evitarás que a largo plazo estas durezas puedan acabar convirtiéndose en molestos callos.
Además en esta época nuestras uñas suelen estar resentidas, ya que tendemos a utilizar en mayor medida laca de uñas y quitaesmalte, que van debilitándolas y deteriorando las cutículas. Límpialas en profundidad y dales un respiro durante unos días, hidratando con un algún aceite para cutículas. La salud de tus pies y manos te lo agradecerá
¿A quién no le fastidia un poco perder ese bonito color de piel que hemos ganado a lo largo del verano? No te despidas tan rápido del bronceado, siguiendo algunos consejos podrás prolongarlo un poco más en el tiempo. Sé constante en tu rutina de exfoliación e hidratación. Emplea un exfoliante suave, para simplemente eliminar las células muertas y permitir que la hidratante penetre bien y mantenga vivas por más tiempo las capas externas de la piel. Cuida también tu dieta, pues en ella está la clave de no perder color. Deberá ser rica en frutas y verduras que contengan carotenoides y vitamina C. El melón, la sandía, la calabaza, el tomate y sobre todo la zanahoria están de temporada y deberán ser tus aliados en esta tarea. No olvides tampoco beber mucha agua y prepárate algún batido de moras, arándanos, zanahoria o naranja. Verás cómo funciona.